04 Apr 24
Calefacción radiante: qué es y para qué sirve
Una semana más os queremos seguir trayendo contenidos orientados a ampliar vuestros conocimientos en climatización. Aprovechando que se avecina el invierno, ahondaremos en la denominada como calefacción radiante. Durante las próximas líneas comentaremos los aspectos más relevantes sobre esta opción de acondicionamiento y sus posibilidades más comunes.
¿Qué es la calefacción radiante?
Como su propio nombre indicada, la calefacción radiante es aquella que utiliza la radiación como forma de transmitir el calor. A pesar de que existen en modalidad eléctrica, los sistemas de climatización radiante se valen generalmente del agua para emitir calor.
Estos sistemas son la principal alternativa a la denominada como calefacción de convección. La principal ventaja que presentan es que no necesitan calentar el agua a una temperatura tan alta (basta con unos 45-50ºC) como ocurre en la convección para funcionar correctamente. Esto los convierte en una opción que destaca por su eficiencia energética.
Principales ventajas
La popularidad de esta modalidad de climatización está basada en sus múltiples ventajas. Estas son algunas de las más destacadas de los sistemas que la usan:
- Son altamente eficientes. Como decíamos en el punto anterior, son una opción muy aconsejable para reducir el consumo energético.
- Se complementan perfectamente con otros equipos. Pueden integrarse con calderas, bombas de calor e incluso fuentes de energía limpia como placas solares.
- Mejoran la estética. La instalación no es directamente visible sino que se oculta en muros, suelo o techo. La decoración no se altera en absoluto.
- Son una opción saludable. Al no mover flujos de aire, se reduce el movimiento de polvo. Esto lo convierten en una opción interesante para los alérgicos. Además, este tipo de calor tampoco reseca el ambiente.
- La inversión inicial se recupera rápidamente. A pesar de que su instalación no suele ser barata, se amortiza en un período breve de tiempo.
- Bajo coste de mantenimiento. Generalmente los procesos de mantenimiento son sencillos y escasos, por lo que su mantenimiento es económico.
¿Cuáles son sus aplicaciones?
Este tipo de calefacción goza de gran popularidad en muchos países fríos de Europa y otras partes del mundo. De hecho, en muchos de estos países se utiliza desde mediados del siglo pasado. En España, su implantación ha sido más reciente aunque su uso actualmente está en auge.
La forma más común de usar la calefacción radiante es mediante del suelo radiante, aunque también se puede dar a través de muros o paredes o techo. A continuación hablaremos brevemente sobre cada una de estas posibilidades de aplicación.
1. Suelo radiante
De entra todas las aplicaciones de la calefacción radiante, esta es sin duda la más popular en España. Son muy versátiles, ya que se usan tanto en viviendas como en oficinas u otros espacios de mayores dimensiones.
Consiste en un sistema de tubos de material plástico generalmente que se ubica en el suelo de la vivienda y por los que, en la mayoría de los casos (suelo radiante por agua) circula agua caliente. Este agua aumenta la temperatura del suelo y se produce el calor que condiciona la estancia.
Para calentar dicho agua, el entramado de tubos está conectado con una unidad que se cumpla esta función. Habitualmente se trata de una caldera o una bomba de calor, pero también puede ser calentada con fuentes de energía renovable como la solar.
Los sistemas de suelo radiante se componen de varias partes o secciones. Puedes ampliar información sobre este tema en este artículo.
Si quieres conocer mejor el funcionamiento del suelo radiante, consulta este vídeo.
2. Techo radiante
Es una buena alternativa al suelo radiante ya que su instalación es normalmente menos costosa. Solventa uno de los principales escollos asociado al caso anterior: apenas requieren obra civil. En casos en los que existe un falso techo, la implantación puede simplificarse aún más ya que puede consistir en una mera sustitución de paneles.
El techo radiante es una opción muy popular en locales o viviendas en las que el techo está significativamente alto con respecto al suelo. Puede llegar a ahorrar más de un 40% de energía que los sistemas convencionales de calefacción.
3. Paredes o muros radiantes
Una de las alternativas más novedosas del sector. Su uso no está muy extendido en nuestro país. Existen dos tipos de instalación: a través de módulos pre-ensamblados posteriormente revestidos o mediante un serpentín (en forma de caracol) situado tras las placas de yeso.